LEGADO DE SANTA TERESITA PARA LA SOCIEDAD ACTUAL
Un mensaje atemporal
A finales del siglo XVIII, cuando los primeros inventos industriales se probaron tímidamente en los países de tecnología más avanzada, llegó al mundo una mujer que sería un hito en la historia de toda la humanidad.
La joven Teresa, cuando se enfrentó al ateísmo práctico que se extendió en su país durante su infancia y adolescencia, tuvo una profunda compasión por su pueblo y decidió amarlo mediante actos ocultos.
Cuando entró al convento, con una salud frágil, tenía grandes deseos en su corazón: quería conocer el mundo, comunicar amor y emprender una misión hasta los confines de la tierra.
Redescubrir
La urgencia de encontrar un camino interior que haría que el hombre redescubriera su esencia en tiempos de dispersión, fue lo que le hizo a la joven ofrecer ser recluida en un monasterio. En silencio y en una vida interior profunda, incluso enclaustrada, se descubrió plenamente mujer: obediente, libre y entera.
El mensaje de santa Teresita del Niño Jesús resuena en este principio de década y puede llevarnos a la siguiente reflexión: ¿cuál es el legado que dejaré en la humanidad? ¿Ha sido mi vida una respuesta definitiva al otro, un puente hacia cosas que realmente no pasan?
Que en medio de los deseos que resuenan en tu corazón puedas encontrar dentro de ti una esencia, un núcleo, un llamado intrínseco, que está en lo profundo de tu ser. Que al comenzar esta nueva década, tu verdad sea iluminada y alimentada. La Obra Nueva siempre espera a aquellos que tienen sed de lo que es intemporal.
Fuente: Cof. Cassia Carvalho, a través de ComShalom Enero 08.20
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