ME SEDUJO SU AMOR Y MISERICORDIA
Dios es siempre quien sale a nuestro encuentro, Él es quien toma la iniciativa, aunque en ocasiones pensemos que fuimos nosotros quienes nos acercamos a Él, es Él quien se ha hecho el “encontradizo” con nosotros, propiciando este encuentro.
- Lo vemos en diversas ocasiones en los Evangelios: le pide a la Samaritana que le dé de beber (Jn 4,7),
- Se sube a la barca de Pedro para predicar desde allí (Lc 5,3),
- Se acerca al mostrador donde Leví cobraba impuestos (Mc 2,14),
- Entra a enseñar en la sinagoga cuando estaba allí un hombre que tenía una mano atrofiada (Lc 6,7);
- En todo momento vemos a Jesús que sale día tras día por las calles de Palestina buscando encontrarse con la gente, dando ocasión para que todo el que quiera pueda acercarse a Él.
"Dios es quien primero llama al hombre. Olvide el hombre a su Creador o se esconda lejos de su faz, corra detrás de sus ídolos o acuse a la divinidad de haberlo abandonado, el Dios vivo y verdadero llama incansablemente a cada persona al encuentro misterioso de la oración. Esta iniciativa de amor del Dios fiel es siempre lo primero en la oración, la actitud del hombre es siempre una respuesta" Catecismo Iglesia Católica 2567
Jesús quiere encontrarse con cada uno y este encuentro que se da en el corazón, es anterior a cualquier método o forma de oración. Él nos habla en un lenguaje en el que cada uno puede comprenderlo, sea con mociones, a través de su Palabra, en una meditación o contemplación, Él se hace presente y nos ilumina, sorprendiéndonos siempre cuando menos lo esperamos
"El Señor Jesús desea el encuentro con cada persona, nadie le es indiferente, todo lo contrario. Él siempre busca acercarse, como con la samaritana, a cada uno de nosotros. Estamos llamados a responderle con amor y abrir nuestros corazones a su luz y verdad." Papa Francisco, Homilía, 8/5/2017
SIN ENCUENTRO PERSONAL CON JESUCRISTO, NO HAY RESPUESTA VOCIONAL
Menos show en Pastoral Vocacional y más encuentro con Jesucristo’. Jesús, además, se hace presente en la cotidianidad, en la historia propia de cada persona. La conoce y la ama, aunque sea historia de pecado. Por esto es tan importante estar reconciliados con la propia historia; si no es así, el joven no esta preparado para la vida consagrada, para una respuesta de seguimiento.
Y éste tiene unas características que a la vez son exigencias:
- Exclusividad: pertenencia exclusiva a Jesús. Ser su propiedad, como el pueblo de Israel para el Dios del Antiguo Testamento.
- Prontitud: la llamada no permite dilación en el tiempo. Debe ser inmediata y generosa. Cuando Jesús pasa y se encuentra con una persona, es el momento perfecto, oportuno, el kairos.
- Definitiva: la opción es irrevocable. No se puede dar una respuesta a Jesucristo si no es absoluta.
Y junto a estás, unas condiciones:
- Fe en el Señor. Lo primero es una camino de fe.
- Ruptura: ‘quien quiera seguirme, que se niegue a sí mismo’. El discípulo es un CRUCIFICADO.
- Es discípulo no por lo que hace, si no por lo que encuentra, que con alegría le hace venderlo todo.
- Dejarse hacer: ser el último, abajarse. A todos nos gusta el protagonismo, la autonomía.
Estas conclusiones fueron hechas por el Arzobispo Carvallo al termino de un Congreso de "Pastoral Vocacional y Vida Consagrada, Horizontes y esperanzas" dijo que el anuncio debe ser narración, acompañada del testimonio de vida, y siempre con una propuesta explícita. Hoy tenemos que asumir que nuestra vida dice bien poco a los jóvenes. No confiamos en los jóvenes de hoy, y menos en que sean capaces de dar una respuesta generosa.