Hijas de la Misericordias, Jesús Resucitado y el corazón de María fortalezcan su trabajo evangelizador y pastoral desde la Misericordia en favor del Pueblo de Dios en América, África y Europa. Carlos Lee Vernón.
Mi experiencia como laico comprometido en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario Livingston, es ver con agrado mi testimonio sobre la entrega incansable de las Hermanas en Livingston. Ellas con mucha gracia lucen trajes típicos de nuestra cultura y región, entonan cánticos religiosos en las lenguas nativas, disfrutar de una merienda en casa de feligreses o animando el cumpleaños de más de algún laico o sencillamente entablando una conversa en una de las calles de la población con la mayor despreocupación del caso. Esto facilita entre otras cosas la inclusión de las hermanas en un mundo que no es suyo y que al mismo tiempo les pertenece como ciudadanas del mundo y hermanas en Cristo con éstos Guatemaltecos y Guatemaltecas que han derramado más de una lágrima cuando las ha visto partir para cumplir un nuevo compromiso.
SU EMPEÑO CATEQUÍSTICO
Su empeño en el compromiso evangelizador y catequético es otra de las experiencias en la que las hermanas están involucradas como grandes facilitadoras de un proceso evangelizador que sea quizás es la mayor tarea de la Iglesia en el mundo, sino la más importante, han demostrado su gran capacidad, empeño y cariño, del cual puedo dar fe con toda certeza porque formo parte del equipo que está constituido de una forma sistemática, a partir de la llegada de ellas a ésta parroquia. Hemos trabajado al lado de aproximadamente ocho catequistas mas entre hombres y mujeres, el programa que manda la Iglesia, con gran entusiasmo y compromiso, con mucha creatividad y benevolencia, en medio de muchas veces del poco compromiso y apoyo de otros fieles. Las hermanas han implementado y adaptado constantemente nuevas metodologías para facilitar y asegurar el proceso de evangelización con niños, jóvenes y adultos. Ha sido, en resumen una actividad llena de compromisos, vivencias y de mucho crecimiento espiritual. GRACIAS HERMANAS.
Carlos Lee Vernón, Guatemala